sábado, 8 de noviembre de 2008

Entrevista por el sitio de noticias de cine catalán: CINESTEL

LA VIDA Y OBRA TERRORÍFICA DEL PADRE DE CHICHO, NARCISO IBÁÑEZ MENTA, RECOPILADA EN EL DOCUMENTAL "NADIE INQUIETÓ MÁS", QUE SE PRESENTÓ EN EL BUENOS AIRES ROJO SANGRE

Luego de cinco años de trabajo, endeudarse con dos préstamos bancarios por no contar con apoyo del Incaa o inversores y demostrar(se) que la pasión por un proyecto sumado al cariño por un personaje es capaz de vencer los obstáculos más dificultosos, el realizador argentino Gustavo Leonel Mendoza finalmente ha estrenado en pantalla grande el documental "Nadie inquietó más".

En el marco de la novena edición de Buenos Aires Rojo Sangre, enseñó una primera versión del film que es básicamente un homenaje a la figura de Narciso Ibáñez Menta, un referente en lo que a terror refiere en la Argentina, famoso por programas de televisión como "El fantasma de la ópera", "El hombre que volvió de la muerte", "El pulpo negro" o "Historias para no dormir", que dirigió su hijo Chicho Ibáñez Serrador.

Nacido en Asturias en el seno de una familia de artistas, Ibáñez Menta se inició en el mundo del espectáculo a muy temprana edad gracias al desparpajo propio de un niño, añadido a su naturalidad para la actuación. Pero una vez que quedó preso de ese perfil de niño encantador, se vio en la necesidad de cambiar radicalmente esa imagen. La elección fue transformarse en un monstruo, influenciado por su admirado Lon Chaney. Así, el actor pasó a ser sinónimo de miedo en la Argentina, y sufrir un encasillamiento que perdura hasta el día de hoy.

Con su film, Mendoza se adentra en la obra de Ibáñez Menta para descubrir las diversas máscaras del actor/creador, que van desde ese hombre que volvió de la muerte que paralizaba a un país hasta personificar a Hitler, con el fin de dar forma a un largometraje a base de corazón que busca provocar una "nostalgia feliz".

Es el propio Ibáñez Menta quien lleva el hilo conductor del documental con una vieja entrevista, que se complementa con una vasta cantidad de material de archivo aportado por coleccionistas y opiniones, recuerdos y confesiones de ex colaboradores, fans y cinéfilos, entre los que se cuenta a Chicho Ibáñez Serrador, Paul Naschy, el excéntrico Chicote Santa Cruz, José Martínez Suárez, Beatriz Día Quiroga, Manuel Galiana, José María Langlais, Sebastián D’ Arbó, Graciela Restelli, Lilly Vicet y Juan Carlos Puppo.

- ¿A raíz de qué comenzás a desarrollar una película sobre Narciso Ibáñez Menta?

"La película fue producto de una depresión. Se muere Narciso Ibáñez Menta, y decido hacer algo porque se lo merece. Lo poco que hubo sobre él son un par de programas, y se había hecho un documental de doce minutos en España pero sólo tocaba lo que hizo allá. Fue también promovido por mis anteriores trabajos, que son humildes y ultra económicos, "Terror en el cine argentino" y "Argentina bizarra". Lo concibo como largometraje porque tenía muchas horas de material, unas 130 horas. Sé que tiene limitaciones técnicas porque para rodar en Argentina necesitas buenos equipos, y yo tenía máquinas prestadas que me daban problemas a futuro.

Utilicé mucho lo que son los homenajes que se le hicieron en Canal 9, y fragmentos de archivo de la parte televisiva y del cine". - "Nadie inquietó más" se apoya básicamente en el material de archivo, pese a que el material sobre la obra de Ibáñez Menta es muy difícil de conseguir porque se ha perdido por la indiferencia de los canales de televisión o distribuidoras que no han conservado su trabajo.

¿Cómo lograste reunir todo ese material de archivo que presenta la película?

"Desde el vamos empecé a armar una red de posibles coleccionistas. Algunos coleccionistas son muy esquivos, tratan de no darte lo que ellos tienen porque lo quieren exclusivamente para ellos. Yo también soy coleccionista, y si alguien me pide un fragmento de algo, me voy a poner un poco incómodo porque es como darle un hijo a alguien, es un material tan fuerte, tan importante para quienes coleccionamos. Entonces para romper ese prejuicio, hacía trueque. Yo le pasaba algo que tenía, a cambio de otro material. Así hacíamos una mutua conveniencia porque los coleccionistas son fanáticos como yo de conseguir material de esa época. Hay todo un grupo de personas que buscan ese material relacionado con cosas que le hicieron feliz de chicos. Esta película trata sobre la nostalgia feliz. Es recordar cuando éramos chicos, con nuestras familias, mirando la tele y la pasábamos bárbaro. Ahora se ha tergiversado eso, y cada uno tiene su televisor. También las historias no tienen la fuerza que tenían antes. Pero básicamente era que las opciones eran pocas, y veías a Narciso o veías fútbol".

- ¿Cuáles son los puntos que más te atraen de la figura de Ibáñez Menta?

Me llamaba mucho la atención que este señor, que yo conocí en un Festival de Mar del Plata, era chiquito y era muy agradable, pero nos daba miedo con su sola voz y esa presencia elegante y misteriosa que tenía. Y eso lo llevaba a sus obras por medio de la actuación y la caracterización. Él era un maestro en el maquillaje, se había inspirado en Lon Chaney, el hombre que hizo "El fantasma de la ópera" y "London After Midnight", que son clásicos absolutos de la cinematografía mundial. Pero creo que lo que más me atrae es el tema del miedo. Recientemente hablaba con alguien y decía que esta es una película para chicos, para chicos que alguna vez fuimos asustados por Narciso. Somos adultos, pero seguimos siendo niños. Ver de vuelta "El pulpo negro", "Historias para no dormir" o "El fantasma de la ópera" hace que retrocedamos en el tiempo y recordemos esa época dorada. Que sintamos esa nostalgia feliz por los miedos que nos proporcionaba Narciso, que nos alejaba de nuestra vida cotidiana y los problemas que podías llegar a tener".

- Con tu evidente admiración, ¿el fanático y cinéfilo fueron más fuertes que el realizador en esta película?

"Yo creo que soy más cinéfilo que director de cine. Como director sólo tengo una película, y tengo todo un historial de haber visto miles de películas porque soy un fanático extremo. Eso me nutre para hacer mejores películas después. Ver lo que hacen los demás, tratar de no copiarlos, y ver en qué huequito puedo meter mi huella y sello personal. Es realmente difícil hacer una película que no sea un homenaje hacia el hombre bronce y que no sea empalagosa, quería mostrar la parte humana, querible, cariñosa y hasta terrorífica de un hombre que hizo muchísimo. La película demuestra que esto se olvida porque los únicos homenajes físicos que había en el teatro Broadway desaparecieron. Este es el primer largometraje que se hace sobre esta persona".

- ¿Por qué crees que pasó eso, que se tiende al olvido, que desaparecieron los homenajes, que se destruyó el material sobre sus series?"

-Yo creo que hay un desprecio porque vienen cosas nuevas y se olvidan a los grandes. En mi película hay mucha gente mayor, pero que tiene aspecto muy juvenil. Yo digo que son niños que han envejecido. Las nuevas generaciones no piensan que hubo gente como Narciso, Lolita Torres o Nini Marshall, que son grossos del arte. Estamos potenciados para ver culos y tetas que nos estupidizan, que no nos hacen pensar en historias como las que mostraba Narciso".- La película está estructurada más que por épocas por facetas del mismo personaje.

¿Por qué elegiste presentarla de ese modo?

"Me llevó un año llegar a la estructura de la película. Tenía 130 horas de material de archivo y entrevistas, entonces me era muy difícil encausarlas. Yo no quería hacer el típico documental: nace tal día, tiene su primera obra, muere. Yo lo que quise hacer fue mostrarlo a él como un niño actor prodigio que lleva adelante una obra de teatro de sus padres con la que recorre todo el mundo, hasta que sufre lo que se llama en guión un punto de giro. El primer giro de la película es: No quiero ser más Narcisín, quiero convertirme en un monstruo. Eso lo lleva a hacer teatro y radio, y después englobo en tres grandes secuencias: cine, teatro y televisión. Siempre estudiando y viendo la estructura aristotélica: presentación, desarrollo, clímax y desenlace. En toda la película está eso. Después voy a una secuencia que es Hombre del miedo, que sería la razón por la cual yo hago la película. Y finalmente se muestra el homenaje".- Si bien aún resta una remasterización de la película.

¿Sentís que tras cinco años de trabajo podés cambiar de página y abocarte a otros proyectos?

"Sí, me falta corregir la parte técnica de la película. Pero cuanto termine eso voy a continuar con un documental que empecé en Piriápolis llamado "Piria, el alquimista". Es la historia de Francisco Piria, un uruguayo hijo de genoveses, que era alquimista, pero no es por ser alquimista que quiero hacer la película, sino porque era una suerte de "Ciudadano Kane" uruguayo. Él había creado una ciudad -llamada Piriápolis- con su propio dinero, era millonario, tenía como 400 millones de dólares, llenó de simbología alquímica la ciudad, incluso creó una iglesia para su hija, que fue rechazada por la curia por su simbología. También era escritor de literatura fantástica, muy rechazado por la época, y había imaginado el fax, el teléfono, cosas que en la época estaban por hacerse. Era como un Julio Verne de la época, mucho menos reconocido porque al ser alquimista no desarrolló su parte literaria. Era considerado un loco millonario, un excéntrico.

También tenía su parte mala. Se decía que tenía un grupo de gente para golpear a los obreros en huelga, y que hasta los mataba en un campo llamado el campo de las ánimas. Es otra historia apasionante de la que ya filmé unas tres horas. La voy a hacer en Montevideo y Piriápolis".

©Cynthia García Calvo/Cinestel.com (Buenos Aires - Argentina) 6/11/2008